Resumen
La tolerancia democrática se ve sometida a frecuentes tests. Por ejemplo: Una agrupación neonazi solicita autorización para celebrar un Congreso: ¿Cuál es la reacción democrática correcta? ¿Debe la legislación democrática aceptar todas las organizaciones religiosas que aparecen en la sociedad? ¿Cuál es la respuesta
correcta para la cuestión de la llamada “píldora del día después”? ¿o para la discusión de los matrimonios homosexuales? Pues bien, estas solicitaciones hacen necesaria la reflexión sobre los límites de la tolerancia democrática.
Este trabajo se preocupa de un fenómeno menor, pero que – considerado semióticamente – resulta interesante: Trata las intervenciones más o menos transgresoras que alteran diversas actividades ciudadanas con resultado
de represión y/o castigo: encapuchados que desordenan el quehacer académico, deudores habitacionales que alteran actos protocolares, los más o menos cariñosamente llamados “pingüinos”, capaces de paralizar el centro
de la ciudad, y otras irrupciones semejantes.
Este trabajo pregunta: ¿Qué significan estas manifestaciones? No pregunta sobre sus causas sociales o psicológicas ni ofrece propuestas de soluciones. Su finalidad es modesta: proponer una “lectura” semiótica y un
esbozo de interpretación de los desafíos o tests señalados.