in Revista de Psicología
Una revisión de Historia oculta de la psicología en Colombia. Ciencia y religión a finales del siglo XIX
Resumen:
Datos autor: Gilberto Leonardo Oviedo Palomá es doctor en historia con énfasis en historia de la psicología de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en psicología comunitaria y psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Actualmente se desempeña como profesor en las facultades de psicología de la Javeriana, de la Universidad El Bosque y del programa de psicología de la universidad Externado de Colombia. Ha recibido el premio Antonio Caparros otorgado por la Sociedad Española de Historia de la Psicología. También realizó labores investigativas en el Instituto para la Historia de la Psicología de la Universidad de Passau (Alemania), por invitación del profesor Horst Gundlach entre los años 1999 y 2003.
Es ya un lugar común el hecho de que la historia resulta crucial para entender el puesto social que tiene y las operaciones que se llevan a cabo con la psicología. Aquellos estudios que han dado en llamarse como la nueva historia de la psicología han formulado una serie de preguntas novedosas que, por ejemplo, consideran las relaciones geopolíticas que se suscitan alrededor de la producción de conocimiento sobre los seres humanos. En este marco crítico, asimismo, se auscultan los recuentos oficiales que se han escrito sobre el pasado de la psicología, los que corresponden, básicamente, a relatos de aquello que aconteció en Europa y en los Estados Unidos. Fue en esos países en donde se llevó a cabo el proceso de demarcación de la psicología como ciencia, como disciplina y como profesión; también allí se ubicaron los lugares en los que emergió lo que hasta hace algunos años fue la historia oficial de este conocimiento. En las últimas décadas la nueva historia de la psicología, al ir más allá de las celebraciones del anhelado constante progreso del conocimiento, ha mostrado la fecundidad de sus perspectivas. De la discusión que se ha adelantado han surgido trabajos que señalan la necesidad de componer una serie de relatos polifónicos que den cuenta de lo que ha sido la empresa psicológica (Brock, Johann, & Van Hoorn, 2005), así como de constituir historias locales en referencia a las relaciones globales que se hacen posibles en términos de la expansión de la psicología (Mardones Barrera, 2016).
En esta línea, el trabajo de Gilberto Oviedo ( ver portada ) hace un nuevo aporte al todavía incipiente campo de la historia de la psicología en Colombia. Se presenta un recuento que bien podría enmarcarse en el rango de estudios alternativos y críticos que se ocupan de examinar la constitución histórica de las categorías y de los objetos psicológicos ( Brock, 2015 ; Smith, 2005 ), con la salvedad de que esta investigación se ubicaría, y he ahí un aporte particular, en ese espectro de la tensión entre religión y ciencia que tuvo lugar al final del siglo XIX en el país latinoamericano. Como el título del libro señala, se acerca a una época que, según su autor, no ha despertado mayor inquietud entre aquellos interesados, específicamente, por estudiar el pasado local de este conocimiento. Un lugar central tiene entonces el argumento de que la distancia tomada por los investigadores con respecto al siglo XIX ha sido el resultado de una creencia errada de que en el país no se presentaba un pensamiento psicológico como tal.
La impugnación del supuesto acerca del atraso de Colombia en materia de las ideas psicológicas se enmarca en la historia de los conceptos. El recuento histórico se articula entonces alrededor de la tensión que se suscitó entre la conciencia laica, formulada dentro de la psicología experimental, y el alma católica reintroducida por el neotomismo. En primer lugar, se revisa la producción acerca de la historia de la psicología en Colombia para mostrar cómo los recuentos históricos asumieron que aquello más valioso a ser indagado en términos históricos empezaba con la “madurez institucional” de la psicología, la que en el país andino tuvo lugar hacia mediados del siglo XX. Por tanto, los investigadores no llegaron a considerar que en el siglo XIX se hubiese presentado algún tipo de debates, prácticas o apropiaciones que merecieren su atención. Oviedo señala también que no han ocurrido este tipo de olvidos en otros campos cercanos que han hecho miradas al pasado de las ciencias en Colombia. Se ocupa entonces de mostrar que, aun cuando no se ha producido un conocimiento con el título especifico de historias de la psicología, sí se han llevado a cabo estudios que muestran cómo se hicieron presentes una serie de discursos y prácticas de corte psicológico a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Como ha señalado Jara Barros (2014 ), por las dinámicas propias de la constitución y difusión del conocimiento, así como por la forma que ha tomado la comunidad colombiana de psicólogos, un tanto endógena y despectiva del contacto con otros campos, empero ansiosa por crear mitos fundacionales, aquellos trabajos hechos por investigadores desde diferentes disciplinas sociales han sido excluidos del canon de la historia de la psicología.
Una vez establecido el marco conceptual y el periodo de indagación, Oviedo se pregunta por las maneras de pensar la relación que se establecieron entre la psicología experimental y la psicología neotomista, la que en el ámbito colombiano dio como resultado una “nacionalización” de las ideas psicológicas. En palabras del autor su estudio indagó por la particular “criollización” de la psicología que tuvo lugar a fines del siglo XIX y comienzos del XX. El texto muestra la particular hibridación que se realizó entre estas dos psicologías, en un medio cargado de conflictos políticos, religiosos, sociales, en el que ya se inclinaba hacia las ideas liberales, o ya lo hacía hacia el conservadurismo católico.
Con miras a llevar a cabo una perspectiva histórica comparada que permitiera un panorama contra el cual responder sus preguntas, el autor describe los rasgos centrales que tuvo en Europa la psicología experimental. Se detiene especialmente en las elaboraciones que a este respecto ocurrieron en Alemania de modo tal que se hace posible observar cómo estas formas de hacer psicología iban destinadas a “secularizar el alma humana” a través de la racionalidad científica que apartaba totalmente el pensamiento religioso de la conciencia psicológica. Para establecer el contraste, Oviedo analiza la reacción que tuvo el Vaticano ante el lugar que la psicología experimental ganaba. La narración nos muestra la estrategia que se llevó a cabo para restituir el alma como centro de la explicación de la actividad mental. En la época bajo estudio, tanto en los ámbitos católicos europeos como en los colombianos, se consideraron detenidamente las propuestas hechas por la psicología experimental, las que fueron caracterizadas como individualistas, sin apelaciones metafísicas ni históricas, y adicionalmente se les atribuyó un carácter acrítico. La respuesta neotomista a la psicología experimental que se propuso desde las instancias católicas busco constituir una alternativa, que se presentaba como una psicología mejorada, de acuerdo con lo que esto podría significar para el mundo católico inmerso en cuestiones relacionados con la fe.
El análisis central de libro hace referencia a la respuesta neotomista que se produjo en Colombia, en donde se llevó a cabo una suerte de hibridaje conceptual que dio como resultado una apropiación novedosa y muy interesante de la psicología experimental. La hibridación que tuvo lugar entre ideas psicológicas de procedencia anglosajona y aquella ya asentadas, pero de origen católico hispánico, se reelaboraron en una suerte de intensificación local que, gracias a las condiciones sociales, políticas y económicas imperantes en ese momento, puso al alma como eje central para un proyecto de perfeccionamiento de la psicología experimental. A lo largo del libro se señala cómo se constituyó una propuesta modernizadora por parte de las autoridades religiosas, poniendo a la psicología experimental bajo examen, y mostrando un proyecto secularizador como resultado.
Positivismo, liberalismo, ciencia, religión y progreso hacen parte del recuento del pasado que muestra la complejidad en medio de la cual la psicología desenvolvió, tanto sus diferentes maneras de concebir a los seres humanos, como las relaciones que ocurrieron entre estas dos distintas versiones del conocimiento psicológico.
El libro es una muestra de cómo la investigación histórica, como dice Oviedo, muestra una manera en la cual se creó un conocimiento “autóctono” sobre la esfera mental en Colombia. Pero no se detiene ahí, en el texto contribuye a dejar sin piso las pretensiones de algunas ramas centrales de la psicología que, aunque quisieran presentarse, en sus manifestaciones globales y locales, como absolutamente científicas, seculares, ahistóricas y neutras, no pueden hacerlo, pues las distintas formas de hacer psicología, por supuesto incluidas ellas mismas, son parte de esa sociedad que en algún momento les otorga un puesto y les asigna bien el carácter de ciencia, o bien la cualidad de ser otro tipo de conocimiento. A partir de este libro, se podría decir que por más que se intente, por parte de ciertos grupos de psicólogos, que la historia no tenga relevancia para su campo, pues su ambición sería parecerse a lo que se supone puede ser la física, las maneras en las cuales la psicología se ha configurado como ciencia, así como por su estrecha relación con las ciencias sociales y humanas y por supuesto con la religión, siempre estará en el ojo examinador de la historia. Siempre, afortunadamente, con trabajos como el que presenta Oviedo, la historia de carácter crítico podrá influenciar los posibles caminos que la psicología tome hacia el futuro.
Copyright & License
Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons
Author
Hernán Camilo Pulido Martínez
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, Colombia