El presente artículo analiza la extensión urbana de los primeros lugares, circuitos y alumbrados eléctricos en Santiago en el cambio de siglo. Esta inserción se basó en visiones sobre la electrificación emanadas desde el municipio, las cuales asociaron esta energía con el progreso, la eficacia y la racionalidad técnica, antecedidas de un contexto histórico donde los alumbrados a parafina y de gas fueron considerados atrasados y deficientes, enlazados a un pasado colonial. Se propone, sobre la revisión metodológica de fuentes municipales, legislativas y el diario El Ferrocarril, que dichas visiones se materializaron en una doble centralidad, tanto espacial como política. La primera, fundada en la ubicación estratégica de los primeros circuitos y alumbrados, privilegiando el centro por sobre sectores periféricos, las cuales se ilustrarán a través de una serie de planos. La segunda, basada en un fuerte centralismo desde el municipio, fundado en los posibles beneficios económicos e industriales que podría llegar a desarrollar Santiago utilizando dicha energía. Finalmente, y desde la historia de la tecnología y la historia urbana, este artículo releva la importancia de estudiar las primeras inserciones de la electricidad en Santiago, complejizando sus especificidades urbanas y políticas, así como sus consecuencias para las regulaciones eléctricas durante la primera parte del siglo XX en Chile.